En qué pacientes está indicada la intervención neurorreflejoterápica

Está indicada en casos de dolencias del cuello y la espalda en los que el dolor cumple estos tres criterios:

Se debe específicamente a un síndrome mecánico del raquis.
 
Dura 14 o más días
 
Es suficientemente intenso como para que merezca la pena realizarla

Se debe específicamente a un síndrome mecánico del raquis.
 
  La intervención NRT no está indicada en dolores de otro origen aunque puedan localizarse en la espalda, como el dolor debido a fibromialgia o enfermedades sistémicas (osteoporosis, infección, fractura, cáncer, etc.).
 
  Sí está indicada en los casos en los que el dolor se asocia a problemas como, por ejemplo, alteraciones discales (degeneración, fisura, protrusión o hernia discal), artrosis (vertebral o facetaría), síndromes facetarios, escoliosis, espondilólisis no traumáticas, espondilolistesis, o se debe a causas "inespecíficas" –como cervicalgia, dorsalgia o lumbalgia inespecíficas-.
 
Dura 14 o más días pese al tratamiento aplicado.
 
  Se ha comprobado la eficacia, seguridad, efectividad y eficiencia de esta tecnología en los casos subagudos (en los que el dolor dura más de 14 días) y crónicos (de más de 90 días de duración).
 
  No se ha evaluado en los casos agudos (de menos de 14 días). Además, la mayoría de los casos de dolencias de la espalda se curan espontáneamente en menos de 14 días, por lo que habitualmente no merece la pena plantear tratamientos complejos antes de ese período.
 
Es suficientemente intenso como para que merezca la pena realizarla.
 
  En los estudios realizados, esa intensidad mínima se ha definido como la correspondiente a 3 ó más puntos en una escala en la que "0" representa la ausencia de dolor y "10" el "dolor más intenso que se pueda imaginar". Si el dolor es sólo una "molestia" (de menos de 3 puntos en esa escala), no merece la pena realizar una intervención.
 
  Esa intensidad se refiere tanto al dolor local (en el cuello o espalda) como al dolor "irradiado" o "referido" (al brazo/s o pierna/s). Si cualquiera de esos tipos de dolor es superior a 3, la intervención NRT está indicada.

La intervención NRT no está indicada en casos de:

Claudicación neurógena por estenosis espinal
 
Síndrome de la cola de caballo
 
Mielopatía cervical por estenosis cervical

 

En casos de "claudicación neurógena por estenosis espinal lumbar". En estos casos:
 
  Al andar aparece un dolor en la/s pierna/s, sin dolor lumbar relevante, que cede rápidamente al sentarse pero reaparece al reanudar la marcha ("claudicación neurógena").
 
  La resonancia magnética muestra un estrechamiento del canal medular (por el que discurre la médula). Lo que descarta la realización de una intervención NRT (pues no sería eficaz en ese caso) es que exista una claudicación neurógena debida a estenosis espinal lumbar. Padecer un estrechamiento del canal medular no contraindica por sí mismo la intervención NRT si no causa claudicación neurógena. De hecho, es frecuente observar un canal medular más estrecho de lo normal en sujetos que no padecen "claudicación neurógena" (o están sanos y no padecen ningún dolor).
 
"Síndrome de la cola de caballo". En este síndrome no necesariamente hay dolor, por lo que habitualmente no se plantea realizar una intervención neurorreflejoterápica. De todos modos, este tipo de intervención no está indicada en este caso, que es el único en el que está demostrado que la cirugía es urgente. En el síndrome de la cola de caballo, la compresión de la parte final de la médula (denominada "la cola de caballo") causa una o varias de las siguientes alteraciones (que pueden acompañarse de dolor en la zona lumbar o en la pierna, pero que habitualmente no lo hace):
 
  Pérdida súbita importante o progresiva de fuerza en una o ambas piernas
 
  Pérdida de sensibilidad "en silla de montar" (en la cara interna de la zona superior de los muslos, ano y zona genital)
 
  Pérdida de control de los esfínteres (vesical o anal; el paciente orina o defeca sin darse cuenta).
 
En casos de "mielopatía por estenosis espinal cervical". En estos casos:
 
  Se produce una pérdida progresiva de fuerza en las piernas, por compresión de la médula en el segmento cervical (que puede acompañarse de dolor cervical, pero no necesariamente lo hace).
 
  La resonancia magnética muestra un estrechamiento del canal medular en el segmento cervical. Como en el caso de la estenosis lumbar, lo que descarta la realización de una intervención NRT (pues no sería eficaz) no es la imagen de la estenosis cervical en sí misma (que se observa también en sujetos que no padecen mielopatía e incluso en sanos), sino el que esa estenosis cause mielopatía.
 
  En la mielopatía cervical tampoco suele haber dolor cervical, por lo que tampoco suele plantearse la intervención neurorreflejoterápica. De todos modos, esta tecnología podría ser efectiva para mejorar el dolor pero no para tratar la pérdida potencialmente progresiva de fuerza, por lo que está indicado valorar la cirugía descompresiva.

La intervención NRT está contraindicada en sujetos alérgicos al material quirúrgico que se implanta durante su realización.

Para facilitar la aplicación rutinaria de estos criterios de indicación, se ha elaborado un resumen del "protocolo de derivación", que está vigente en los Servicios de Salud que cubren la realización de la intervención neurorreflejoterápica.

Este protocolo ha demostrado ser aplicable y generar una tasa de derivación adecuada a esta tecnología de más del 95% en la práctica clínica rutinaria.



Protocolo de derivación a intervención NRT en el Sistema Nacional de Salud

Protocolo de derivación a NRT

  Protocolo de derivación a NRT
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Descargar Protocolo completo en pdf


 
 
 
 
   
A.E.M.E.N
La Asociación Española de Médicos Neurorreflejoterapeutas
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